En la última semana, el Hospital Bethesda, ubicado en Joinville, ha compartido una historia que ha conmovido a todos y que destaca la importancia de la humanización en el cuidado de la salud. Se trata de la historia de Dona Maria, una paciente que llevaba más de 70 días internada en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del hospital. A pesar de encontrarse rodeada de máquinas y medicamentos, Dona Maria expresó un deseo muy simple pero con un gran significado: ella quería comer una coxinha.
Este pequeño deseo de Dona Maria fue suficiente para que el equipo del hospital se movilizara y se esforzara por hacerlo realidad. Para aquellos que no están familiarizados con la gastronomía brasileña, la coxinha es un platillo típico de ese país que consiste en una masa rellena con pollo deshebrado y frito en aceite caliente. Es un alimento muy popular y delicioso que ha conquistado el paladar de muchas personas en todo el mundo.
La historia de Dona Maria llegó a oídos del equipo del hospital a través de una enfermera que había establecido una relación cercana con la paciente durante su estadía en la UTI. Al enterarse de su deseo, la enfermera decidió compartirlo con sus colegas y juntos se propusieron hacer todo lo posible para cumplirlo. A pesar de las dificultades que implica cumplir un deseo tan sencillo en un ambiente hospitalario, el equipo no se rindió y finalmente lograron conseguir las coxinhas.
El día llegó y Dona Maria pudo disfrutar de su tan ansiada coxinha. Fue un momento de mucha emoción y alegría para ella y también para todo el equipo del Hospital Bethesda. Además de satisfacer su antojo, este pequeño gesto demostró a Dona Maria que ella no era solo una paciente más, sino que era una persona con deseos y necesidades que merecían ser atendidos. La humanización en el cuidado de la salud se hizo presente en ese momento y se demostró que detrás de cada paciente hay una persona única que merece ser tratada con respeto y dignidad.
La historia de Dona Maria no solo conmovió a los empleados del hospital, sino que también se volvió viral en las redes sociales. Muchas personas compartieron la historia y elogiaron el gesto del equipo del Hospital Bethesda. En un mundo donde a menudo se habla de la falta de humanización en la atención médica, esta historia nos recuerda que hay personas que están dispuestas a hacer todo lo posible para hacer feliz a un paciente.
Este acto de bondad y humanidad no solo benefició a Dona Maria, sino que también tuvo un impacto positivo en todos los demás pacientes de la UTI. Este pequeño gesto de amor demostró que el cuidado de la salud no solo se trata de tratar enfermedades, sino también de brindar apoyo emocional y hacer que los pacientes se sientan cuidados y amados.
El Hospital Bethesda es un ejemplo de cómo la humanización en el cuidado de la salud puede marcar la diferencia en la recuperación de los pacientes. A menudo, en situaciones de enfermedad o dolor, los pacientes se sienten vulnerables y necesitan más que simplemente tratamiento médico. Necesitan sentir que hay personas que se preocupan por ellos y que están dispuestas a hacer todo lo posible para hacerles sentir mejor.
En un mundo donde a menudo escuchamos noticias negativas, la historia de Dona Maria y el Hospital Bethesda nos recuerdan que aún hay esperanza y que hay personas que están haciendo la diferencia en la vida de los demás. Este pequeño gesto no solo hizo feliz a una paciente, sino que también nos inspira a todos a ser más humanos y a demostrar amor y compasión hacia aquellos que nos rodean.
En conclusión, la historia de Dona Maria y el Hospital Bethesda nos demue