En una entrevista exclusiva con el BdF, la presidenta del Instituto en Defensa de la Mujer de El Salvador, María López, compartió su perspectiva sobre las consecuencias de la legislación en su país y cómo su organización está trabajando para proteger y empoderar a las mujeres.
El Salvador es conocido por tener una de las tasas más altas de violencia de género en América Latina. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas, el 67% de las mujeres salvadoreñas han sufrido algún tipo de violencia en su vida. Además, el país tiene una de las leyes más restrictivas sobre el aborto en el mundo, lo que ha llevado a muchas mujeres a buscar abortos clandestinos y peligrosos.
Ante esta realidad, el Instituto en Defensa de la Mujer de El Salvador ha estado trabajando incansablemente para proteger los derechos de las mujeres y promover la igualdad de género en el país. María López, quien ha estado al frente de la organización durante los últimos cinco años, habló sobre los desafíos que enfrentan y los logros que han alcanzado.
“En El Salvador, las mujeres enfrentan una doble discriminación: por ser mujeres y por ser pobres. Nuestra legislación no solo es discriminatoria, sino que también es un obstáculo para el desarrollo de las mujeres”, dijo López.
Una de las principales preocupaciones del Instituto es la ley que prohíbe el aborto en todas las circunstancias, incluso en casos de violación, incesto o cuando la vida de la madre está en peligro. Esta ley ha llevado a muchas mujeres a buscar abortos clandestinos, poniendo en riesgo su salud y su vida.
“La prohibición total del aborto es una violación de los derechos humanos de las mujeres. Estamos luchando para que se permita el aborto en casos extremos y para que se brinde atención médica adecuada a las mujeres que lo necesitan”, explicó López.
El Instituto también ha estado trabajando para combatir la violencia de género en todas sus formas. Han establecido una línea telefónica de ayuda para mujeres víctimas de violencia y han brindado asesoramiento y apoyo a miles de mujeres en todo el país. Además, han estado presionando al gobierno para que implemente políticas y programas que promuevan la igualdad de género y protejan a las mujeres de la violencia.
“Es importante que las mujeres sepan que no están solas y que hay organizaciones como la nuestra que están aquí para ayudarlas. También es fundamental que el gobierno tome medidas concretas para abordar la violencia de género y promover la igualdad de género en todas las áreas”, afirmó López.
A pesar de los desafíos, el Instituto ha logrado importantes avances en la lucha por los derechos de las mujeres en El Salvador. Recientemente, lograron que se aprobara una ley que reconoce el feminicidio como un delito específico y establece penas más severas para los perpetradores. También han trabajado en estrecha colaboración con organizaciones internacionales para presionar al gobierno a que tome medidas más efectivas para proteger a las mujeres.
“Estamos viendo un cambio en la mentalidad de la sociedad salvadoreña. Cada vez más personas están hablando sobre la igualdad de género y la violencia contra las mujeres. Esto nos da esperanza de que un día viviremos en un país donde las mujeres sean respetadas y protegidas”, dijo López con optimismo.
El Instituto en Defensa de la Mujer de El Salvador es un ejemplo inspirador de cómo una organización puede marcar la diferencia en la vida de las mujeres y en la sociedad en general. Su trabajo es fundamental para lograr un cambio real y duradero en un país donde las mujeres han sido históricamente marginadas y discriminadas.
“Queremos que las mujeres de El Salvador sepan que tienen derechos y que merecen ser tratadas con dignidad y respeto. No descansaremos